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ABOUT ME


Fernando José Amado Lopo






Madrileño del 71 y actualmente residiendo en Tenrerife.

Allá por el 2008 y animado fervientemente por un amigo empiezo a escribir, comenzando así a plasmar por escrito todo lo que me pasa por mente y corazón.
Pero no fue hasta el 2009 cuando al volver a Madrid y vivir en el barrio de Lavapiés, este mismo amigo me introduce y presenta la corriente poética en lugares de recitales y poetas, ejerciendo esto una fuerte influencia para escribir, accediendo así a la capacidad de describir en cita, poema o relato corto sobre una sensación, objeto, persona o sentimiento.  

Después de varios años escribiendo comienzo a tomar contacto con la fotografía y usarla de lienzo para  textos de citas y poemas, ofreciendo así un punto de vista distinto para el mundo de la decoración y el interiorismo.

Particularmente siento debilidad por el mundo del minimalismo en toda su extensión.  

Ofrezco mi servicios para la decoración en espacios de hábitat en hogares o de trabajo.
Con diseños de fotografía, poesía o
con   diseño de ambas disciplinas.

Si crees que podemos hacer algo chulo juntos no dudes en escribirme.


Gracias a todos por vuestro tiempo.



Amado Lopo




   





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Design for Designers.

Malherida

Las heridas hablan entre ellas, y comentan también las cicatrices. Cualquier tiempo fue pasado pasado mejor, pasado peor. Las heridas dialogan serenamente, lo que pudo ser y no fue. entonces, una cicatriz llora en desconsuelo, prefiriendo entonces enmudecer. Me creía cicatriz, sonriente a la vida pero éste grueso nudo en la garganta, me confirma que soy herida abierta estremecida. Quizá, algún día pueda mi garganta desanudar que no me presten mas pañuelos y dar descanso al lagrimal.

Paredes

Y si la pared dice que no los vio es que no lo vio. Las paredes nunca cierran los ojos por eso se les acusa de vigilantes.  Y es que claro las paredes oyen pero no dictaminan, se limitan a ser paredes.   Las paredes se quedan con el amor de los hogares por eso no se caen.  Incluso la mayoría después de los bombardeos, la gran mayoría, tienen ganas de ser levantadas, aunque para ello tengan que volver a ver y escuchar de nuevo continuamente.   Las paredes más tristes son siempre las de las oficinas, esas por lo general siempre tienen frío.  Y las más alegres son las de las guarderías.   Las paredes suelen ser bastante estables ellas opinan y seguramente van a tener razón,  somos nosotros mismos quienes las construimos los inestables.  Solamente ceden para darle la razón al viento y al agua para no discutir.   A veces las paredes, el típico grupo de cuatro amigas, le cogen especial cariño a las personas que se tiran ...