Por que tu me imaginaste yo ahora te puedo tocar. Haciendo de tu pensamiento una corazonada y del olvido un futuro. Comprendiendo que es necesario marchitarse para poder contemplar una flor. Y concretar universalmente lo fugaz de dos estrellas. Imagíname. Pero si mi carne aún no te habita, y en vapor nos convertimos cuando suena la mañana. Vuélveme a imaginar, y yo te podré tocar.
Diseñador de estímulos.