Es capaz de romperse el cristal de la ventana, para dar respuestas a la casa. Y de que los escalones caigan para abrazar a la entre planta. De que la chimenea quede ciega, y el calor no se vaya. De que no teman dos puertas contenerse la mirada. De que entiendan los pilares a los tejados con sus rajas. Y los pasillos se deseen los buenos días cada mañana. Para dar respuestas a la casa es capaz de romperse el cristal de la ventana. Historias del Ceder
Diseñador de estímulos.