Por que tu me imaginaste
yo ahora te puedo tocar.
Haciendo de tu pensamiento una corazonada
y del olvido un futuro.
Comprendiendo que es necesario marchitarse
para poder contemplar una flor.
Y concretar universalmente
lo fugaz de dos estrellas.
Imagíname.
Pero si mi carne aún no te habita,
y en vapor nos convertimos
cuando suena la mañana.
Vuélveme a imaginar,
y yo te podré tocar.