Atrás quedaron los folios,
con sus galgos galopantes.
Y palabras de sobremesa,
como meriendacena.
Y palabras de libertad,
como descampado.
Atrás quedó, la burocracia doméstica.
¿De parte de quién?
Ya no hay tablas en las faldas,
ni pinzas en los pantalones.
Ya no hay que ejercitar el brazo,
al rebobinar la cinta con un boli.
Atrás quedó la familia,
de una tele, un canal, una conversación.
Atrás quedaron los folios,
con sus galgos galopantes.
con sus galgos galopantes.
Y palabras de sobremesa,
como meriendacena.
Y palabras de libertad,
como descampado.
Atrás quedó, la burocracia doméstica.
¿De parte de quién?
Ya no hay tablas en las faldas,
ni pinzas en los pantalones.
Ya no hay que ejercitar el brazo,
al rebobinar la cinta con un boli.
Atrás quedó la familia,
de una tele, un canal, una conversación.
Atrás quedaron los folios,
con sus galgos galopantes.