Eres tú, mujer,
envuelta en melocotón.
De sensualidad y tacto
eres ensalada,
con algo de canela,
suave condimentada.
Hada de casita de cuentos.
Cuentos de la niñez
de los de érase una vez…
Susurro de voz en el patio.
de la regadera el agua,
geranios y aloes
sonríen dando gracias.
Tan sencillo como darte un abrazo,
o comentar lo comentado.
Tan sencillo como guiñarte un ojo
en la glorieta de Bilbao.
Se fue la noche,
escapó cual fugitivo.
De mañana la despedida,
besos con sabor a dentífrico.