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Decías




Decías, que el saber te hacía vulnerable
 y yo al enseñarte me sentía mísero.

Así fuimos rompiendo pactos y violando
fines de semana.
Eligiendo cartas de navegación
que incluyeran algún mar por descubrir.

Decías que solías consultar los precios,
 y yo te dije, en presente no se puede.

Consideramos el ímpetu como acto reflejo
y el tránsito como pieza clave.

De esa manera pudimos ver horizontes
 sin usar pretéritos;
y usar pasados cuando se acaban los chistes.










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Design for Designers.

Malherida

Las heridas hablan entre ellas, y comentan también las cicatrices. Cualquier tiempo fue pasado pasado mejor, pasado peor. Las heridas dialogan serenamente, lo que pudo ser y no fue. entonces, una cicatriz llora en desconsuelo, prefiriendo entonces enmudecer. Me creía cicatriz, sonriente a la vida pero éste grueso nudo en la garganta, me confirma que soy herida abierta estremecida. Quizá, algún día pueda mi garganta desanudar que no me presten mas pañuelos y dar descanso al lagrimal.

Paredes

Y si la pared dice que no los vio es que no lo vio. Las paredes nunca cierran los ojos por eso se les acusa de vigilantes.  Y es que claro las paredes oyen pero no dictaminan, se limitan a ser paredes.   Las paredes se quedan con el amor de los hogares por eso no se caen.  Incluso la mayoría después de los bombardeos, la gran mayoría, tienen ganas de ser levantadas, aunque para ello tengan que volver a ver y escuchar de nuevo continuamente.   Las paredes más tristes son siempre las de las oficinas, esas por lo general siempre tienen frío.  Y las más alegres son las de las guarderías.   Las paredes suelen ser bastante estables ellas opinan y seguramente van a tener razón,  somos nosotros mismos quienes las construimos los inestables.  Solamente ceden para darle la razón al viento y al agua para no discutir.   A veces las paredes, el típico grupo de cuatro amigas, le cogen especial cariño a las personas que se tiran ...